Con el objetivo de mejorar las competencias lingüísticas y ofrecer a los jóvenes con discapacidad un gran abanico de posibilidades para desarrollar empleos cualificados, la ONCE ha llevado a cabo un plan de ayudas de movilidad internacional para estudiar francés, inglés o alemán en alguno de estos países.

Para optar a estas ayudas los jóvenes, que deben tener entre 18 y 29 años, tienen que cumplir además una serie de requisitos: el primero sería tener una discapacidad superior al 33% reconocida por el organismo competente de cada Comunidad Autónoma. Otra condición es poseer un nivel mínimo de B1 del idioma que se solicita. Además, se requiere ser beneficiario del Sistema Nacional de Garantía Juvenil y por último comprometerse a la contratación de un seguro de asistencia en viaje.

Mediante este programa la fundación quiere mejorar la formación de estos jóvenes y ofrecerles los recursos necesarios para que desarrollen esta movilidad internacional. Se trata de una gran iniciativa que proporciona a las personas con discapacidad grandes recursos para mejorar la calidad de su formación en el extranjero.