La crisis sanitaria que estamos viviendo a nivel mundial ha puesto en evidencia a las nuevas tecnologías que están resultando de vital importancia como factor de inclusión tanto social como laboral. 

En un contexto en el que lo digital ha emergido adquiriendo una relevancia sin precedentes, todavía son muchas las personas que encuentran barreras para acceder a ella, lo que está aumentando aún más la exclusión de sectores como el de las personas con discapacidad, víctimas de lo que se conoce como la “brecha digital”.

Esta “brecha digital” no ha hecho más que crecer dejando datos como que el 45% de las personas con discapacidad siguen encontrando barreras, de ellas un 42% declara que encuentra la tecnología compleja y de uso avanzado y un 32% encuentra muchos problemas de accesibilidad. Además un 20,6% no confía en lo digital y un 15,9% afirma carecer de recursos económicos para adquirirlas, según el Informe Tecnología y Discapacidad de la Fundación Adecco con el apoyo de Keysight Technologies Spain.

Lamentablemente esto está afectando tanto a nivel laboral como social; respecto al primero los datos publicados por el SEPE reflejan que después de 7 años de crecimiento en cuanto a la contratación de personas con discapacidad, ha habido un descenso del 33,7% que en el mismo periodo del año anterior; aunque hay que tener en cuenta que la contratación a nivel general del resto de la población ha caído un 31,6%. Y con respecto al segundo, en lo social, la tecnología ha mantenido a la gente unida durante el aislamiento haciendo que un 86% de las personas con discapacidad se haya sentido acompañada mientras que un 14% manifiesta no haber realizado ningún tipo de acción online durante el confinamiento.

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